viernes, enero 12, 2007

El rencor

Desde que no te acuerdas,
arrastra el diablo miserable de mi alma sus cadenas por la casa,
extraviando mi sombra en el espejo,
esa carta que no remití nunca para saber tu paradero.

Desde que en tu paso por el mundo olvidas brújula y reloj,
enmohecen las medias que olvidaste en el ropero,
casi tanto como el recuerdo de tus piernas,
imposiblemente sobornables,
aquella noche que dormiste aquí.

Desde que te dio por convertirme en el feroz objeto de tu ausencia,
sueña una guitarra ser de nuevo el perchero de tus bragas,
el conmovido desorden que a menudo ensombrece tu partida.

Los trenes que van a ningún lado parten todos de mis ojos.
Debiste saberlo: era yo aquel tipo que en dos horas envejeció sobre el andén aquella tarde que también faltaste,
y quien más tarde asesinó al joven que había sido, a un payaso y tres maridos...
con tan mala suerte que no fue ninguno el tuyo.

Estoy hablando desde la plaza sitiada de mi orgullo,
amontonado contra un montón de cosas sin sentido.
Son estas palabras mi parte de guerra en la derrota;
el mundo, una película que vi sin ganas un domingo,
en cualquier parte, un poco menos que aburrido,
como otros tantos jueves sin tu boca.

Ya lo ves:
hasta el cigarrillo que ayer dejaste
sobre un plato, manchado de labial,
se agacha avergonzado cuando paso.

Te odio hoy también por eso hasta el fastidio,
porque en este momento, complacido,
colgaría tu cuerpo bajo un poste.
Aunque después, qué importa, de nuevo te llorara;
y estropeado ya el orgullo,
de rodillas suplicara perdón...
si en cualquier momento aparecieras.

Todo lo que dejaste cada vez que te largabas
tropieza en esta hora con mi suerte;
emborrona éste y todos mis papeles,
con su legión de idiota fantasía;
vil borrachera en busca de su sed,
tan hastiada que casi me conmueve.

Y además estoy desnudo.
Porque espero de ti ya cualquier cosa,
o tal vez el rumor de tu sombrilla
apagándose en mitad del patio o la escalera.
Siempre es eso a fin de cuentas:
un ruido que tropieza en mitad de algo,
a medio camino entre la tarde y mi lujuria;
el humo que adivino interminable,
esta pifia de versos que te engañan.

Y ya ves el resultado: me miran desde lejos mis creaturas con desgana. No sé bien de qué se esconden, y tampoco ignoro que te aguardan como a una imposibilidad posible acaso; mientras, igual que yo, inventan diez mil razones para odiarte, para hervir en tu nombre y maldición una promesa que hoy encanece intolerable.

Demasiado bien supiste todo eso.
Toda derrota en tu nombre escarnecida.
Todo quebranto que en tu nombre padecí.
El arañazo en el cristal firmado con tu nombre...

Demasiado bien supiste todo.
Y nada más por eso no llegaste.
Ni soñaron tus ganas con mi puerta.

11 comentarios:

G dijo...

Uta! No chingues Otálora! Que denso! Que manera de extrañar-odiar-esperar-desear-la! Que manera de ponerse y quitarse el orgullo como si fuera la camisa, que desolación tu desorden, tu guitarra, que pila de emociones… Me encantó la imagen de las piernas imposiblemente sobornables y en doble fondo, su no acordarse mierdero, lastimador, con conocimiento de causa… chale… me gustaría extrañar así… nel, me gustaría que así me extrañaran … pa’ que es más que la pura verdad.

Pa’ mi que esa clase de rencor es el peor de todos los males, infecta, hace podrir y revolcarse en la podredumbre. Agh… voy por un vasito con agua, que entre la cruda y tus líneas, algo se me atoró en mitad de la garganta.

Bésote.

Anónimo dijo...

Para mi el peor de todos los males es el amor, es el que desencadena todos los demás. Hay varias cosas chidas, por ejemplo, lo de la guitarra sosteniendo los calzones d ela vieja, lo de colgarla de un poste -quién no lo ha deseado-, y lo del cigarro al que le da pena ajena, aunque me parece una imagen muy recurrente en todos lados, la del último cigarro que la vieja se fumó todavía con lapíz labial, pero que le de pena el pobre diablo, eso lo salva, abrazos.

Julián Otálora dijo...

Gaba: El orgullo, igual que tantas cosas, siempre es un desorden, y peor que una maleta ruin de puta.
No te extraño tanto y te quiero más. Y eso cuenta, ¿no?

Negro: Supongo no sólo que es el peor, sino El Mal de veras. ¿Qué hacer con las imágenes gastadas? El amor es siempre el mismo y siempre tonto y, por lo mismo, repetido. Es el amor, ¿qué, no?
Tienes razón en una cosa: es un pobre diablo el que habla. Los diablos aristócratas o de buena clase son siempre mudos, o ni siquiera son diablos. Abrazo fuerte pa usté. Ai nos vemos.

J_Negroe dijo...

Primer comentario mio en el blog: Nada que decir... este poema me parece agradable a las emociones de cualquier autor dolido y fracasado, no digo que tu lo seas, pero sabes bien que quizá yo si... te agradezco el interés (o quizá lo hagas solo por chingar, de cualquier manera, se te agradece bastante) que demuestras en mi blog...

G dijo...

eso cuenta Otálora... cómo no...
besos

Anónimo dijo...

Pues aunke digas que no hay que fiarnos de las palabras por que son unas putas, la verdad es que bien sabes emplearlas y hacer que cualquier otra u otro (me incluyo)como una pendeja y decir caray como este si puede expresarse, por lo menos alguien encuentra las putas palabras, un besote para ti mi Otálora, ya sabes que te adoro.

Iván Quintero dijo...

"Porque sabes que te quiero
No trates de alabarme tú
Pues lo mismo que te quiero
Soy capaz hasta de odiarte yo".
Gitana, - Willie Colon.

mi estimado otálora, es prescisamente de entre los hongos que forma la humedad en la medias abandonadas, donde se generan los recuerdos desgarradores, y con mayor carga emotiva.
el dejar podrir los ultimos espaguetis que te sirvio en un plato, y permitir que el polvo nuble el titulo de un libro sin terminar sobre el buró junto a la cama, es ahi donde se gestan los recuerdos asesinos que me plagan y me destruyen y tambien me reinventan, ese estado de gracia donde el amor y el odio que son la misma cosa se mezclan de una manera magistral, donde se dulcifica el asesinato perfecto y se glorifica una noche de amor frenetico entre sexo drogas y rock n roll,llegar a un exelso orgasmo y apuñalar al objeto de tu desgracia a esa generadora de amor y compasiones muertas.
para hoy en dia, mis libros que ya son otros no se empolvan en la estática de la espera y mi guitarra se fue al demonio con sus bragas y el baby doll de cumpleaños, las fotografias familiares y los discos de sabina que jamas me permitio escuchar en su presencia, y mas aun a pesar de haber cambiado el mundo y enseñado a que despues de perdelo todo siempre te queda algo para seguir, aunque sea unclavo caliente de donde agarrarte, y creeme viejo, por lo regular para la gente de nuestra calaña una botella de mal ron, una guitarra prestada y un puñado de amigos y secuaces, esa malas compañias que entre mas malas son mejores, son el mejor remedio no para olvidar, sino para hacer copn el olvido que los recuerdos que nos remueven las tripas se conviertan en una fiesta en conmemoracion de la derrota, una exaltacion al fracaso y una veneracion a la sangre fia de aquella que sabiendo el huracan que deja a su paso simplemente se fue dejando el labial destapado sobre el tocador.
quiza alguna vez me entro en la cabeza la idea de envejecer junto a ella, y cuando me vi enmedio de un departamento para dos, desolado y como unico habitante supe que ya habia envejecido y despues mori de muerte natural.
cuando volvi a nacer de entre los muertos y caminar entre los vivos, al cabo de muchos años la volvi a encontrar solo para decirme que si, que lo sabia todo, sabia de la desolacion y la lagrimas, sabia de la desesperacion y los incendios prendidos en su honor y aun sonriendo me dijo, -Quintero, tu bien sabes que no soy mujer de ningun hombre-. simple, acababa de romperle el corazón a otro tipo, aunque quizá el no tenga el buen gusto de desearle la muerte y resucitarla de un poema. lo unico que alcance a decir fue -palo que nace doblao, jamas su tronco endereza-.

Anónimo dijo...

just passing by to show you some love!! nice post I loveeee it!!

Anónimo dijo...

Yes, me again passing by to show you some love and care, miss you tonta tonta tonta!! ;)

Julián Otálora dijo...

J_negroe, ya te dije en tu blog que estás todavía muy chamaco como para sentirte "fracasado", o no sé con qué intención lo digas; como sea, es igual. Gracias por pasar. Saludos.

Gaba, ¡claro que cuenta! Y gracias por contarme entre los tuyos.

Gaby, si uno no encuentra las "putas palabras" son ellas las que nos encuentran a nosotros, las putas, las palabras o las dos juntas. Ah, y yo también te adoro, hermanita.

Juan Calavera, ¡hasta que apareces por aquí! ¡Uta! Me la pusiste difícil, no sé ni qué decir. Creo que tienes razón en todo, pero me gustó mucho eso de la "fiesta en conmemoracion de la derrota, una exaltacion al fracaso y una veneracion a la sangre fría de aquella que sabiendo el huracán que deja a su paso, simplemente se fue dejando el labial destapado sobre el tocador". Tal vez se deba agradecer esa sangre fría de la que hablas, al final eso te permitirá matarla, aun al precio de envejecer en un instante, morir y renacer, aunque eso último no sea tan de buen gusto. Ni modo. Un abrazo, viejo.

Ev, ¿cuándo volvemos a no vernos? Aunque más no sea para recordar la broma tierna del "¡tonta tonta tonta!". (Cómo me gusta esa frase). Un beso para ti.

Julián Otálora dijo...

¡Ah! Calavera, casi lo olvido: Acuérdate que también dicen que árbol que nace doblao, nos sirve pa columpio, ¡cómo no!